Hay que andar por el camino
posando apenas los pies;
hay que ir por este mundo
como quien no va por él.
La alforja ha de ser ligera
firme el báculo ha de ser,
y más firme la esperanza
y más firme aún la fe.
A veces la noche es lóbrega;
más para el que mira bien
siempre desgarra un lucero
la ceñuda lobreguez.
Por último, hay que morir
al deseo y al placer,
para que al llegar la muerte
a buscarnos, halle que
ya estamos muertos del todo,
no tenga nada que hacer
y se limite a llevarnos
de la mano por aquel
sendero maravilloso
que habremos de recorrer,
libertados para siempre
de tiempo y espacio. ¡Amén!
Amado Nervo.
más para el que mira bien
siempre desgarra un lucero
la ceñuda lobreguez.
Por último, hay que morir
al deseo y al placer,
para que al llegar la muerte
a buscarnos, halle que
ya estamos muertos del todo,
no tenga nada que hacer
y se limite a llevarnos
de la mano por aquel
sendero maravilloso
que habremos de recorrer,
libertados para siempre
de tiempo y espacio. ¡Amén!
Amado Nervo.